lunes, 29 de octubre de 2007

VIVIR SIN PRESERVATIVO


En una época en la que sobra de todo, aparatos inútiles, hipotecas de cadena perpetua, kilos en la bascula y michelones en la cintura, hay una cosa que cada vez de hecha mas a faltar, se puede llamar calor humano, afecto, comprensión o quizas ternura. En una tiempo en que competimos por el puesto de trabajo, por un piso de protección oficial, por sacar el mejor expediente, ya no hay lugar para la amistad, para la confidencia, han conseguido que nos miremos como enemigos, han sembrado la cizaña, la discordia, el desencanto. Ya no hay amigos en el trabajo, ni en la facultad, ni en la calle. El muro que nos cerca es cada vez mas alto y el circulo cada vez mas estrecho, la familia se desdibuja, el tiempo se encoje, nuestro espacio vital se hace irrespirable, irremediablemente un desasosiego germina en nuestro corazón, se ramifica por nuestros pulmones y alcanza nuestro cerebro y nos hacemos esquivos, circunspectos, desconfiados, hasta el que se asoma al espejo tiene cara de sospechoso.
¡Dios, mal vamos!, un dia nos despertamos con las sabanas empapadas de sudor y lagrimas, y estamos solos, buscamos el calor de una piel amiga, y estamos solos, nos tiramos a la calle en busca de una gota de afecto, de una sonrisa cómplice de un abrazo reconfortante, y estamos solos vencidos y desarmados. Volvemos a nuestro palacio de invierno donde nos espera, nuestra dosis de alcohol, nuestra raya de coca, nuestros amores de cartón piedra, medicinas mezquinas, para un alma enferma de mezquindad, de soledad, de hastío.
Pero noto que estoy llegando al limite, el alcohol me abotarga, la coca me enerva y la sexoterapia me asquea. 


Voy a salir a la calle vestido con mi mejor sonrisa, sin coraza, desnudo de cerebro para abajo, y voy a abrazar a todas las mujeres que pasen por mi lado, a las viejas, con ternura, a la jóvenes, con pasión, voy a llenar de besos y caricias a todos los niños con los que me crucen, y voy a estrechar la mano a todos los hombres que se me pongan por delante, y correré cantando, dando saltos de alegría, disfrutando de un dia maravilloso, rodeado de gente maravillosa, quizás vengan las ambulancias y me pongan la camisa de fuerza, quizás me encierren en la cárcel por acoso sexual o por pederasta, no me importa, por un dia, aunque solo sea un día, habré hecho lo que me pide el corazón, lo que me exige el alma lo que nunca antes me había atrevido a hacer, quitarme el preservativo y tirarme a la vida de cabeza

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