jueves, 29 de noviembre de 2007

EL CUENTO DE LA LECHERA



Soplamos tanto el globo que acabo explotando. Ahora con la burbuja salpicándonos los ojos, nos lanzamos en tromba contra el gobierno, los bancos y las financieras, la culpa es negra y peluda y nadie quiere saber de ella.
Cuando hace dos años pedíamos una hipoteca, a un interés por debajo de la inflación, y con ese dinero no solo financiábamos el total del piso, si no que también comprábamos el parking y amueblábamos la casa, todos creíamos en PapaNoel.
Cuando alguien nos decía que nuestro piso comprado hace veinte años por 10 millones ahora valía ahora sesenta, nos creíamos los reyes del mambo, y no dudábamos en hacer un crucero por El Caribe y comprarnos un todoterreno, refinanciando la deuda aunque fuera con unos intereses draconianos. Nos hemos comportado como niños, y ahora nos tratan como niños.
Apostamos por los Reyes Magos aún a sabiendas de que no existen. En la bolsa había empresas cuyo valor bursátil era el doble del valor real, entrabamos al trapo de rumores sobre adquisiciones que hacían pujar las acciones un 15% en un solo día por el espejismo del dinero fácil . Si alguien nos recordaba el viejo proverbio de los duros a cuatro pesetas, era un pájaro de mal agüero, la consigna era comprar y comprar antes de que otro se adelantara.
Ha llegado el momento de despertar, se acabo el sueño y ahora empieza la pesadilla, ahora nos toca llorar como niños lo que no supimos afrontar como hombres.

JUANMAROMO

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