martes, 16 de diciembre de 2008

¡OJALA!


¡Cuantos deseos se ocultan en tan menuda palabra!, !cuantas frustraciones esconde, cuanta esperanza guarda!. ¡Cuantos buenos deseos y cuantas maldiciones!, ¡Cuantas despedidas y cuantas puñaladas....!
Hoy os dejo dos hermosa maneras de entonarla. ¡Hojala que llueva café en el campo!, un delicioso merengue de Juan Luis Guerra, y ¡Hojal! el himno inolvidable de Silvio Rodriguez.
Dos corazones, dos deseos, y dos maneras distintas de pedir un poco de paz y felicidad para el mundo, y porque no, tambien para nosotros.




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