viernes, 9 de abril de 2010

El pederasta que fundó la Legión de Cristo tenía sobornado al Vaticano


1. • Insignes cardenales cobraron de Maciel mientras arreciaban las denuncias de abusos
2. • Las quejas cayeron en saco roto hasta que Ratzinger impulsó en el 2004 una investigación




Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, recibe la bendición del papa Juan Pablo II, en el 2004. Foto: ARCHIVO / AP







JUAN RUIZ SIERRA
 

Es 1994 y el cardenal español Eduardo Martínez Somalo acaba de ser ascendido a prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada, órgano encargado de las órdenes religiosas. Marcial Maciel, sacerdote mexicano, fundador de los Legionarios de Cristo, morfinómano, pederasta y padre de varios hijos, encarga a un joven miembro de su orden que vaya a la casa del recién nombrado. El inexperto religioso lleva consigo un sobre repleto de billetes. «Subí a su apartamento, le entregué el sobre y me despedí. Era un modo de hacer amigos, de asegurarnos alguna ayuda si la necesitábamos, de engrasar los engranajes», dice ahora, 16 años después, este cura en un extenso reportaje de la publicación católica estadounidense National Catholic Reporter (NCR) en el que se explica con todo detalle cómo Maciel, fallecido en el 2008, repartió dinero a espuertas entre aquellos altos cargos del Vaticano que deberían haberlo investigado pero que, en cambio, nada hicieron.


Pruebas había: John McGann, obispo de Nueva York, ya había enviado a la Santa Sede, a través de los canales oficiales, una carta en la que un antiguo miembro de la Legión detallaba cómo Maciel había abusado de al menos 20 seminaristas entre los años 40 y 60 del siglo pasado. Y nada ocurrió. No fue hasta el 2004 cuando el ahora papa Joseph Ratzinger, entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, aconsejó al pontífice Juan Pablo II, hasta ese momento gran valedor de Maciel, realizar una investigación que dos años después concluyó con la orden de Ratzinger, entonces ya Papa, de que Maciel se retirase a una vida de «oración y penitencia».


DESEMBOLSO LEGAL / ¿Tuvieron algo que ver las jugosas sumas, sufragadas con el presupuesto anual de casi 500 millones de euros que tienen los Legionarios de Cristo, en la parálisis durante décadas de las pesquisas vaticanas? El trabajo de NCR, llevado a cabo durante nueve meses, no llega tan lejos, pero sí consigna sin ningún género de duda el fin que perseguía Maciel con unos desembolsos que ni siquiera están prohibidos por las leyes de la Santa Sede: su propio blindaje ante las cada vez mayores acusaciones de abusos sexuales, drogodependencia y procreación.


Además de Somalo, ya retirado, los principales receptores de dinero y atenciones señalados en el texto son Angelo Sodano, secretario de Estado del Vaticano entre 1991 y el 2006, a quien Maciel pagó banquetes multitudinarios; y Stanislaw Dziwisz, secretario de Juan Pablo II y ahora cardenal, que recibió dinero para permitir la asistencia a las misas privadas que celebraba el entonces pontífice. Ninguno aceptó las solicitudes de entrevista de NCR. Quien mejor parado sale es Ratzinger, ahora acusado de inacción en los casos de pederastia en Alemania y EEUU. Impulsó la investigación a Maciel, y en 1997 rechazó uno de los sobres de la Legión. NCR dice que su negativa fue cordial, pero firme.

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