lunes, 12 de abril de 2010

Matthew Tree: "Los primeros "Homosapiens" catalanes eran negros"

Publica el libro "Negre de merda", un catálogo de horrores perpetrados por la humanidad en nombre de la raza. Y una reflexión

Es un catálogo de horrores perpetrados por la humanidad en nombre de la raza. Y una reflexión sobre la génesis y la historia de lo que hoy entendemos por racismo y el futuro que linda con el mestizaje. Matthew Tree, habitante barcelonés desde 1984, personaje popular, incluso mediático desde que se vio caricaturizado en Polònia, se atreve con ciertos colectivos y su intrínseca conciencia de "superioridad".
Matthew Tree, 
el día que presentó su libro
Matthew Tree, el día que presentó su libro /   Ana Jiménez
Negre de merda (Columna) es lo que le espetó un individuo, sin venir a cuento, a Leslie, compañero de trabajo de Tree. Londres, 1977. "¿Te ocurre a menudo? ¿Te insultan así?", le preguntó Tree. "Pss... De vez en cuando. ¿Una vez por semana?". Fue cuando empezó su reflexión, como si le hubiera caído encima un cubo de agua. Y con el cubo, una secular culpabilidad.

Si damos por bueno, como dice, que todo blanco tiene algo de racista, usted también...

En el libro ya me ridiculizo explicando un episodio de racismo inconsciente. Fui por primera vez a África y pensé –no sé por qué– que un africano no sabría manipular una cámara digital. Fue uno de ellos quien me descubrió funciones que yo desconocía.

¿El mestizaje no acabará con el racismo de modo natural? El racismo ya es algo caduco. No tiene ningún tipo de fundamento científico ni racional. Pero tenemos una estela venenosa que hemos heredado.

¿Su fenotipo corresponde al de un inglés de pura cepa? ¡Al de un irlandés! Genéticamente lo soy. En Londres me confunden hasta que abro la boca. Pero en Inglaterra tenemos gente de origen afrocaribeño y asiático desde hace cuatro generaciones, y aún sufre racismo.

Pero todos venimos de algún antepasado de piel negra. Sí. Un grupo de individuos que venían de África Occidental empezó a viajar, unos a Australia, otros a Europa. Es decir: los primeros Homo sapiens catalanes tenían la piel negra.

En la lista del pensamiento racista catalán cita usted a Mercè Rodoreda. Lo demuestra su correspondencia, por otro lado magnífica, con Joan Sales. Lo triste es que son cartas de los setenta, pero ella sigue en las premisas de los treinta. El racismo catalán tiene su propia historia, pero entra en Catalunya a través de la ultraderecha española.

¿Y el antisemitismo? Eso es genuino del catalanismo conservador, está presente en Prat de la Riba y algo en Torras i Bages. Ayuda el catolicismo. Pero en los años posteriores sigue: Cedade, skins, canciones...

¿Un extranjero blanco en Catalunya es discriminado por su origen? No, no creo. Las únicas experiencias que conozco surgen de españolistas ultraderechistas, los de "¡España para los españoles!", discurso que en Catalunya es muy minoritario. Por eso no me gusta mezclar xenofobia y racismo. De lo primero, en Catalunya, hay poco, y de lo segundo, menos que en Inglaterra. En mi barrio, de niño, a un negro no se le servía en todos los bares ni tenía asiento en todos los autobuses.

¿Hay negros racistas? El racismo como la teoría de que hay razas superiores e inferiores es exportable. El ejemplo más triste de racismo afroamericano –sólo ocurre en EE.UU.– es ver que es, básicamente, antisemitismo. Y el antisemitismo es un invento europeo. Hubo árabes prohitlerianos que exportaron esa ideología cuando en su mundo cultural árabe no había tradición de ese tipo.

¿Cree que el racismo es económico, aquello de que a un negro rico se le mira mejor? No, no. La mayoría de los judíos después de la Segunda Guerra Mundial no querían ser vistos como judíos, por eso quisieron entrar en la burguesía europea y tener éxito en artes, negocios... Les salió en contra y dio pie a la idea de la conjura de judíos ricos y de poco fiar. Y aquí, a la que un pakistaní pasa de obrero a tener una tienda, alguien comenta: "No pagará licencias, abrirá sin permiso...".

Tener a Obama sirvió? Como símbolo es importante, pero más para los norteamericanos.

Incluye descripciones lacerantes de linchamientos y de campos de concentración.

Su función es coger la cabeza del lector acostumbrado a hablar del racismo en términos banales y decir: "¿Ves?, mira, no puedes escapar a la historia". La foto que más me afecta aún es la de la mujer negra a la que quemaron viva mientras la colgaban. Estaba embarazada. Abrieron su vientre y patearon el bebé antes de que ella agonizara. Georgia, 1918.

Y le repugnó saber que grandes pensadores fueron racistas. Como Kant o Voltaire. El loco del conde de Gobineau escribió la biblia del racismo, Chamberlain dijo demostrar que Jesucristo era de sangre aria, y Retzius inventó un sistema para medir cráneos con el fin de determinar quién pertenecía a la raza humana

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