domingo, 20 de febrero de 2011

EL CUERNO DE CARONTE





Otra vez estoy escuchando el cuerno de Caronte tañer entre la niebla. De un tiempo a esta parte, cada año atraca en mi orilla y se lleva hacia el otro lado a un ser querido, cada año, desde hace demasiados años, la barca va y viene inexorablemente despoblando poco a poco mi playa. La vida nos colma de regalos, de familia, de amigos pero llega un momento que nos lo arrebata todo con la misma largueza. Pienso que cada persona que cruza al otro lado, tira de ti para que le acompañes, los que están a tu lado, te sujetan con ellos, pero llega un momento que las fuerzas te abandonan y entonces el último viaje está cerca.
Ya entreveo la sombra del barquero acercándose, y sé a por quien viene, es una sensación de impotencia y de angustia que me sube a la garganta como un vómito de fuego. Lo recuerdo lleno de vida desde siempre, desde que yo era un niño, incluso hace unos meses me pereció un hombre fuerte y pletórico, pero hoy se que le ha llegado la hora, que su tiempo se agota.
No temo a la muerte, porque sé que es la otra cara de la vida, pero me duele el destierro, la separación, la incertidumbre. Si fuera creyente al uso, si creyera en un dios personal y en todas sus doctrinas, confiaría en la resurrección y en el paraíso, pero soy un pobre mortal agnóstico y confuso que quiere creer que hay algo más allá de la muerte, que hay luz mas allá de las tinieblas.
Otra vez estoy escuchando el cuerno de Caronte, pero esta vez me tapo los oídos para no escuchar lo inevitable, quizás porque cada vez escucho más cerca su tañido.
JUANMAROMO

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