viernes, 26 de octubre de 2012

LA ESENCIA DE LA VIDA




Llegamos a este mundo desnudos, indefensos y sin manual de instrucciones y lo primeo que nos enseñan es a llorar. Nos dejan en un hogar a cargo de unos padres que no han aprendido el oficio y que a veces ni tan siquiera nos han llamado, no sabemos hablar y recurrimos al llanto y a las pataletas para hacernos entender.
 Necesitamos media vida para aprender y la otra media para olvidar, buscamos amor pero no sabemos cómo conseguirlo y sobre todo, como mantenerlo. Somos como Pinochos adulados por los embaucadores de turno que nos ofrecen placeres, dinero y diversiones a cambio de lo único que no podremos recuperar, nuestro tiempo, nos enseñan lo que conviene al sistema y nos ocultan lo que conviene a la persona, nos programan durante la infancia y nos explotan el resto de nuestra vida.
 El amor es la esencia de la vida, somos hijos del amor y solo gracias al amor perduramos en el tiempo, sin embargo la sociedad ha conseguido reducir esta piedra angular a una rueda de molino a la que nos ata para girar y girar moliendo en su provecho. La enseñanza es un medio de alienación, forma profesionales, pero deforma personas, solo la familia es capaz de infundir en los hijos esos valores que cada vez están más  diluidos en la corriente del consumismo, y la política se ha convertido en un mercado persa en el que cada partido nos vende al mejor postor.
Llegados a este punto, ¿que nos queda para seguir manteniendo la dignidad?. Apaguemos los televisores, recuperemos nuestro albedrío y volvamos a los brazos del amigo libro, recuperemos las veladas familiares, las charlas con nuestros mayores, y el diálogo con nuestros hijos. Quizás somos la última generación que se crio desenchufada y que aun podría sobrevivir sin la tutela de "El gran hermano". Los valores humanos no necesitan enchufe, porque la energía espiritual se transmite por la voz y por la mirada y es la única que no puede ser interceptada ni adulterada, quizás un apagón sería la solución para nuestros problemas y el preludio de un nuevo amanecer, a pesar de que todo esto lo estoy escribiendo y transmitiendo a través de un ordenador. Que la fuerza nos ilumine a todos.
JUANMAROMO

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