sábado, 9 de agosto de 2014

NUMERUS CLAUSUS

Soy un forofo de la estadística, cada día apunto en mi libreta cuantos jóvenes se dedican al reciclaje en los contenedores, cuantas personas nos ofrecen acallar nuestra conciencia por unas pocas monedas. cuantas parejas se acogen a la vivienda social de los bancos y duermen en los cajeros. También tomo buena nota del espíritu de derrota que se masca en el metro, en los cuerpos derrotados, en los rostros agotados en las miradas desesperadas que hieren como afilados cuchillos. Pero hay datos que me son inaccesibles, la miseria que se oculta tras las ventanas, el miedo a la llamada del timbre, los niños sentados ante platos desguarnecidos, Hay una pobreza soterrada que hierve como un magma bajo nuestra corteza, una ígnea corriente que va alcanzando el punto critico y que un día entrará en erupción y arrasará cuanto halle a su paso, y ese día no habrá estadísticas ni encuestas ni discursos que frenen su furia, ni las mangueras de agua, ni las balas de goma ni las porras de los sicarios podrán contener sus ansias de venganza. Cuando ya no queda nada que perder, se pierde el miedo y ese hueco lo llena el odio y la locura colectiva.
El silencio que atruena en estos últimos tiempos puede ser el presagio del terremoto y cuando este se desate no quedará piedra sobre piedra ni sitio donde esconderse, y quizás muchos de los que se exhiben en prensa y telediarios acaben como mussolinis colgaos para regocijo de las masas enfurecidas. Espero no tener que ir apuntando en mi libreta los cadáveres de todos los colores pudriéndose en nuestras aceras y en las marmoreas escalas de sus palacios de invierno.
JUANMAROMO

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