Cuando era niño, nos pedian dineros para las misiones, recojian papel de plata, sellos y donativos en metalico para los chinitos, unos seres pequeños cabizbajos y amarillos como limones, incluso en la escuela, nos hablaban de "la raza amarilla". Hoy que los chinos nos rodean y nos envuelven, todavia sigo buscando un especimen amarillo limon como el de mis libros. Ya de que han pasado muchos años, pero no creo que los suficientes como para que hayan mutado. Cuando me hacen la manicura, las manos de la chinita es del mismo color que la mia, sus ojos son casi tan redondos como mis ojos, y aunque casi no hablen castellano, nos entendemos perfectamente. Seguramente a ellos nos vendieron como morenos, toreros, y flamencos y claro, cuando llegan a Catalunya y se encuentran con Castellers. sardanas y antitaurinos, se deben llevar una gran decepción. Nos engañan como a chinos, a ellos y a nosotros.
JUANMAROMO
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