viernes, 12 de agosto de 2016

LA EDAD DE LA INOCENCIA



Miles de personas mayores de 80 años se debaten entre la soledad y la necesidad. Muchas de ellas son mujeres viudas con pensiones de supervivencia que a duras penas pueden pagar los gastos domésticos, otras tienen perturbadas sus capacidades mentales y/o físicas y no pueden hacer la compra, arreglar la casa o valerse por si mismas para cocinar o la higiene diaria. Estas personas están abandonadas por el estado, dependen de los hijos, pero por desgracia ya no vivimos en casas familiares, las familias están desperdigadas por toda la geografía nacional y en la mayoría de los casos apartados de sus mayores. los servicios sociales. con unos presupuestos ridículos no pueden atender las mínimas necesidades de la población, y cada vez se dan mas casos de personas que mueren hacinadas en la soledad y en la miseria.
Es un tema tabú en la prensa, unas notas escuestas nos hablan de ancianos fallecidos entre basura, de pisos cementerio, de residencias de zombis donde se almacenan personas como en cuartos trasteros y de personas mayores perdidas en el laberinto de las ciudades o atropelladas al cruzar una calle. La semana pasada saltaba la noticia de que un anciano de 90 años iba a ser deshauciado, por suerte, la muerte fue mas compasiva que los jueces.
Hemos creado una sociedad enferma en la que abandonamos a los bebes en guarderias, a los niños en colegios a media pensión y a los ancianos en trasteros a la espera de llevarlos al vertedero, estamos cavando nuestra propia tumba y encima nos hace pagar el terreno, eso si, hay que costearse el seguro de pompas funebres no sea que acabemos como materia prima del soylent green.

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