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sábado, 27 de diciembre de 2014

TODA ENFERMEDAD TIENE UN REMEDIO


En todas las épocas, cuando han surgido enfermedades no diagnosticables se les ha dado nombres genéricos, peste, cólera, cólico miserere.... Con los años estas enfermedades se redefinieron y se les aplico un tratamiento y una prevención, en nuestros días, a estas enfermedades se les denominan síndromes.
Un síndrome es un conjunto de síntomas comunes al que se le da un nombre pero que no necesariamente están ocasionados por la misma enfermedad ni tienen el mismo tratamiento.


El S.S.C. o síndrome de sensibilidad central es un claro ejemplo de como la medicina clasifica a estas enfermedades para las que no tiene identificación y mucho menos tratamiento, dentro de este armario, encontramos varios cajones de sastre igualmente caóticos, a uno le llaman fibromialgia, a otro fatiga crónica, sensibilidad química múltiple o sensibilidad electromagnética y cada día se descubre alguno nuevo.
Estas enfermedades son el producto de una agricultura envenenada por abonos químicos, insecticidas y simientes transgénicas, del aire y las aguas contaminadas de vertidos y últimamente por las radiaciones electromagnéticas generadas por las emisiones 3 y 4G, wifi o las fugas continuas en las centrales nucleares, la industria alimentaria cierra el circulo con su legión de conservantes, colorantes, saborizantes que convierten los precocinados y la comida basura en bombas de relojería a corto plazo.
España es uno de los países con una legislación más permisiva, de hecho, este es el único estado de la UE donde se permite el cultivo masivo de transgénicos que no paran de extenderse contaminando todo, si a esto añadimos el estrés y la opresión de una sociedad cainita, tenemos el coctel al completo,
Cuando alguien escribe que se ha curado de alguno de estos síndromes, hay un colectivo mayoritario resignado y entregado que se revela incrédulo atacando a todo aquel que nos muestra su método y sus medios para salir de este agujero negro como si se encontraran a gusto en el pozo. La salida de una mazmorra casi siempre consiste en desandar el camino de entrada, suprimir los venenos, los alimentos, los medicamentos y las circunstancias que nos han arrastrado hasta el agujero, ya sabemos que es mucho más difícil ascender que descender, pero mientras ha vida, hay esperanza, la luz nos espera a la salida del túnel, tenemos dos opciones, o no quedamos lamentándonos en las tinieblas, o corremos, andamos o nos arrastramos hacia la salida, de nosotros depende.
JUANMAROMO

jueves, 4 de diciembre de 2014

LA FIBROMIALGIA Y EL SINDROME DE ESTOCOLMO


Hay enfermos que no quieren curarse. Aunque parezca imposible, miles de pacientes no hacen nada por recuperar la salud en las mal llamadas enfermedades crónicas, entran en una espiral autodestructiva a base medicaciones masivas que acaban arrasando su organismo y su mente.
Hay personas que utilizan la enfermedad como coartada, se liberan de sus obligaciones laborales, sociales y familiares y se encierran en si mismas rodeándose de autocompasión y arrojando balones fuera cuando se trata de aceptar la propia responsabilidad, estos enfermos acaban estableciendo con sus dolencias una relación de amor-odio muy parecida a lo que se conoce como "síndrome de Estocolmo".
Los pacientes con cargas familiares inapelables, como madres trabajadoras que necesitan inexcusablemente su sueldo, personas sin ningún tipo de soporte económico o enfermos con hipotecas o deudas a largo plazo, no tienen más remedio que seguir adelante ante la dificultad de que el INSS les conceda una incapacidad, sobreviviendo a basa de bajas, o excedencias, pero muchos de los que consiguieron una pensión o se refugian en el seno de una familia protectora, arrojan la toalla y dejan de luchar por recuperar la salud y la autoestima. Admiro a las personas que luchan, que caen y se levantan, a las que jamás arrojan la toalla, a las que aceptan pero jamás se resignan; respeto a las que esperan que les salve la campana, pero deben entender que tienen el combate perdido.
Las enfermedades de sensibilidad central, no solo arrasan el cuerpo, también acaban enfermando el alma, y este es quizás el más terrible de sus efectos.

lunes, 14 de abril de 2014

VARIACIONES PARA UNA NIÑA ASUSTADA


 Estar enferma me hace sentir enojada, triste, impotente para tomar la vida desde la punta. Me resulta difícil de creer que en verdad algo así me esté pasando a mí. Normalmente estas cosas les pasan a los demás y una tiende a mirarlo desde lejos, desde cierta distancia. No puedo aceptar que todo esto que manifiesta mi cuerpo y mi mente sea cierto, sea real, que no me pueda apartar, levantar un muro, que si la menopausia quirúrgica, que si la hipertensión heredada, ¿no pude haber heredado algo mejor?. Es una pregunta recurrente, ideal para días en que el mundo pesa sobre mi espalda. El doctor dice que para qué tipifica mis síntomas, como Fibromialgia, que mejor no le demos ningún nombre a estos dolores, que actuemos, que haga ejercicio todos los días, por supuesto debo bajar diez kilos y buscar la fuente del insomnio, la angustia. Qué fácil parece en boca del doctor todas estas cosas, lo dice maquinalmente, como una receta de bisquets, o esos rompecabezas de 500 piezas donde quizás solo una o dos se te resistan un poco, pero esto que siento de noche y día es tan fuerte que me desequilibra sensiblemente, al grado de llegar a sucumbir al temor, ese miedo que paraliza como cuando estás en un elevador y se va la luz y te quedas sola y nadie responde a tu grito. Lo peor es volver a eso que tenía mas o menos bajo control: el miedo a sentir miedo, el miedo de enfrentarme con la luz del día y perder, el miedo como boa atrapando tu cuerpo e impidiendo que respires provocando conatos de infarto. 
Tengo vergüenza con mi familia de sentirme siempre mal y no poderles demostrar con datos químicos lo que me pasa. Y es estúpido esto que estoy diciendo, si, se que es estúpido, que es estúpido y falso, hace demasiado que sé que una solo ha de sentir vergüenza por lo que hace, cuando esto no está a la altura de su propia alma y no de aquello que recibe, aunque sea malo, sobre todo si es malo, eso es error de otro, la vergüenza de otro, no la mía. Hace mucho tiempo que sé esto y tu mi sapiencia sin embargo no evita esa sobra de reo, ese grillete que a veces cargo como si la enfermedad fuera un incordio para los que me rodean. Entonces sé que me he olvidado totalmente y el silencio, el mutismo interior es absoluto. No quiero cargar con esto 30 o 40 años que me queden por vivir. Quiero limpiar estas sensaciones y quiero sentirme libre. Ser la mejor versión de mi misma. Mi propio poema, la belleza de ser yo. 

Un tratamiento hormonal de primera generación, Fluoxetina y hablar, hablar, hablar y sacar y sacar y sacar todo, todo lo pequeño, todo lo grande, todo lo trasparente, todo lo oscuro, aquello que se lleva en los bolsillos como insignificantes papeles, aquello que se guarda en los armarios, lo que se esconde bajo la piedra del patio, lo que se clasifica en el fichero de la A a la Z, fue lo que recomendó el ginecólogo, experto en climaterio de la mujer, así le habrá ido con su mamá, por su parte, el cardiólogo me envío la primera noche a mi casa con un Holter, aparato que debía medir la presión arterial sanguínea durante 24 horas y con el que me sentí como un hidroneumático con patas del ruido tan intenso que emitía cada 20 minutos, la banda del brazo derecho era tan molesto como torniquete cada vez que se activaba, enviando datos a una pequeña computadora mediante una gran manguera negra que pendía de mi cuerpo dentro de una bolsita, casi no dormí entre el ruido y la caja de plástico sujeta a mi cintura. La segunda noche me sustituyeron el Holter por otro que mide el ritmo cardiaco, parecía Robocop, 7 cables de distintos colores colgando de mi pecho adheridos con chupones y como destino una maquinita tipo IPOD dentro de un estuche y colgando sobre mi estómago, me veía tan extraña con eso que asomaba por encima de mi blusa que cuando llegué al banco el policía de la entrada me detuvo para asegurarse que no llevaba una bomba. Él cardiólogo también opina que debo contar todo lo que me enoja para reducir el nudo del estómago. Debo buscar la raíz de ese nudo para desbaratarlo como si fueran las agujetas de los tennis. Debo hacer una mudanza interna, sacarlo todo a la calle, abrir las ventanas y dejar que corra el viento. 
Mi coraje es tan añejo que parece enredadera escrita en un muro. A veces pienso en mi papá, el primero, pues tuve dos, murió de alcoholismo, es decir primero murió el alma y años mas tarde fue a reunirse con él su propio cuerpo. Éramos tan pequeños... aquello hizo que cambiara nuestro destino, pero recuerdo tan poco de él, los padres siempre son tan ajenos, bien podría no ser esa la causa de todo lo que tengo. Nunca lo culpé supongo que su vida ya era demasiado para él como para pedirle que hubiera hecho algo por la mía. No quiero reclamarle nada, la meta no es arreglar esa parte de mi vida con mi padre sino dejar de lado ese sentimiento de abandono y encono, ese recuerdo que golpea la boca del estómago como un hacha cuando trato de explicar mi niñez, las pesadillas, el insomnio de siempre, las enfermedades. El miedo y el miedo del miedo. 

El origen pudo haber sido una mezcla entre el cambio de las líneas de mi mano y la crianza con mi abuela materna, machista, cruel, dura, llena de resentimientos, no siento rencor hacia ella sino lástima, lástima de la pobre vieja que la devoró su neurosis y vivía ahogada en una plegaria de su propio velatorio. Ahora ya tampoco importa lo que viví con ella solo me conformaría con dejar de justificarme de todo por mi niñez de “La Cándida Eréndira”. 

A los casi 50 años mi meta es liberarme de la armadura del pasado, dejar de sentirme indefensa y vulnerable, debo aprender a ser el ser autónomo que soy, la mujer con valor y valiente que sabe enfrentar cualquier reto pero también que acepta que suceden cosas que no puedo cambiar y aceptar muchas otras detrás de las cuales estoy yo misma. Debo comenzar a sostenerme por mis propias piernas y tener claro quien soy, lo que he conseguido y logrado y sentirme orgullosa. Aprender a mandar al diablo lo que los demás piensan de mi. Los juicios y el polvo cubren la tierra, forman parte de ella, y no tienen más importancia el de uno que el de otro, los juicios, los prejuicios como polvo en mis zapatos que puedo sacudir fácilmente cada vez que siento que enturbian su brillo. Mi brillo.... 
Mi abuela nunca creyó en mi poder de superación, decía que yo era igualita a toda mi raza, a mi padre, a mi otra abuela; me miraba y decía: “Toda la jeta de tu padre”. No había manera de quedar bien con ella, ni siendo la niña de los dieces, los diplomas, los reconocimientos. Supongo que quería que yo cambiase a mi padre, como un alfarero, como un demiurgo griego, modelarlo en el hombre que a ella le hubiera gustado tener de yerno, comenzando por su judaísmo. 
Nunca supo en lo que me he convertido porque jamás creyó en mi, mas he aprendido que nadie tiene forma de saber en dónde me encuentro emocionalmente por mas que me amen u odien. Toda la gente que nos rodea son simples forasteros que suponen saber cómo se siente uno pero en realidad son seres extraños en nuestro juego emocional, el diablo son los otros, decía Sartre, y supongo que debe ser verdad, aunque siempre me pareció una persona demasiado solitaria, todos lo somos, así. No tengo porque arreglar mi niñez, sólo verla desde lejos, observarla como si estuviera en un cine mirando con humor una película de mi abuela y yo y reírme. Quiero tener la capacidad de desarrollar una vista externa de esa etapa y apreciarla por las cosas buenas, que sin duda hubo, y reírme por los años y años que me he torturado por lo malo, algo que ella tampoco puede arreglar ahora, como yo no podía cambiar a mi padre. Ninguna de las dos tenemos la responsabilidad de componer nada, ella ya está muerta hace 23 años y a mi, lo único que me queda es rehacer la historia con humor, contármela como si ella y yo estuviéramos en una orquesta tocando un instrumento desafinado que emitiera sonidos discordantes con el resto de los músicos y sin poder hacer nada, escuchar eso tan feo que al rememorarlo nos diera tanta risa que pudiéramos olvidar la mala ejecución del momento. Deberé reírme tanto con esos recuerdos que mi cara sea como una máscara veneciana, que me de tos, reírme tanto que no necesite hacer ejercicio, tomar hormonas nuevas y fluoxetina porque esa sería mi mejor terapia. Es mas, le agradeceré haber sido una de las partes más significativas de mi vida que da la oportunidad de contar 

Lina Zerón

martes, 8 de abril de 2014

LOS NUEVOS INTOCABLES


Hace unos años, la fibromialgia no existía, todos nuestros males eran imaginarios, las enfermas eran unas psicópatas o unas malfolladas , los enfermos unos vagos o unos cagaos, ambas expresiones no me las invento, por desgracia corrían e boca en boca entre el personal sanitario de los ambulatorios pero ahora hemos pasado al extremo opuesto.
De un tiempo a esta parte, cualquier patología que son incapaces de diagnosticar la etiquetan como fibromialgia, de tal manera que si en tu ficha médica consta este dato, nadie te hará ni puto caso, todos tus dolores, sufrimientos, insomnios, padecimientos, desfallecimientos, inapetencias, perdida de lívido, desesperación, ansiedad, angustia, faringitis, febricula, artrosis, artritis, reuma y hasta los embarazos psicológicos, todo está causado por la fibromialgia y por lo tanto es imaginario e irremediable, la medicina estabularia y funcionaria, desprecia cuanto ignora.
Los sufridos pacientes de este síndrome, abarcamos un espectro tan infinito como el arcoíris y solo un tratamiento personalizado puede ayudarnos a salir del pozo de la desesperación, tratar de filtrar el color rojo con las mismas lentes que el violeta es el el equivalente de recetar los mismo venenos a toda persona marcada con el sello de los apestados.
Somos los leprosos del siglo XXI, mientras podemos trabajar se nos explota y se nos exprime, y cuando ya apenas nos queda la piel y los huesos, nos arrojan a la cuneta a la espera de hace caldo con nuestros pellejo;  o nos organizamos y exigimos nuestros derechos o estamos condenados a se los parias de la tierra, los intocables de un estado del bienestar que está dando sus últimos coletazos, de nosotros depende,
JUANMAROMO

miércoles, 19 de febrero de 2014

SOMOS CUERPO Y ALMA, UNA ENTIDAD INDIVISIBLE


Hay pacientes que se sublevan cuando les dicen que la fibromialgia es una enfermedad psicosomática, se creen que les están tratando de locos o hipocondriacos, pero nada más alejado de la realidad.
Desde la antigüedad, se sabe que el cerebro controla todos los procesos físico - químicos del organismo, organiza el sistema inmunitario y actúa como una central de alarmas contra las agresiones externas el agotamiento y los daños en órganos internos. En muchas ocasiones, el cerebro nos avisa de que nos estamos pasando, estamos agotando nuestras energías y estamos sometiendo nuestro sistema nervioso a una sobrecarga que puede llevarnos a un cortocircuito. Si hacemos caso omiso a estos aviso, el cerebro empieza a bloquear los músculos, se crean contracturas y nódulos altamente dolorosos, los dolores se extienden por todo el cuerpo y las energías acaban agotándose. Cada emoción, cada disgusto, cada miedo, repercute en el sistema muscular y endocrino, el estrés es uno de nuestros peores enemigos, si se alarga en el tiempo, puede ocasionarnos daños irreparables abriendo el camino a infecciones, bloqueos e incluso al cáncer.
La fibromialgia es una enfermedad típica de mujeres muy exigentes consigo mismas, que han tenido que compaginar su carrera profesional con sus obligaciones como madres y amas de casa, años de tensiones, estrés y agotamiento han acabado pasando factura.  En principio se cree que no es una enfermedad causada por un virus, por una bacteria o por un infección, es una enfermedad generada por el propio organismo como último recurso para evitar el bloqueo total, si a eso unimos la mala alimentación, las radiaciones, la contaminación y la incomprensión del entorno familiar y social tenemos un cóctel explosivo que puede acabar estallando.
La medicina moderna trata al cuerpo humano como si fuera una maquina, arreglando o cambiando componentes según se averían, pero el organismo es un todo y todos nuestros órganos están interrelacionados y a su vez controlados por el cerebro, mientras los médicos no sean conscientes de esa realidad y sigan tratándonos como automóviles, no solamente no sabrán curarnos si no que nos enfermarán cada vez más.
J

martes, 18 de febrero de 2014

CON TODAS Y A POR TODAS



Lo que definimos como fibromialgia no es una enfermedad, es un síndrome, un conjunto de síntomas similares que se engloban en una definición generalista. esta complejidad es lo que hace tan difícil su estudio y hace necesario un tratamiento personificado para el que no hay ni medios ni conocimientos. Los pacientes de fibromialgia son muy rentables para los laboratorios pero una carga para el sistemas sanitario y resultan extremadamente molestos para la mayoría del colectivo médico incapaz de asumir y reconocer su incapacidad y su impotencia.
Aunque en la actualidad no existe medicación curativa, si existen procedimientos y tratamientos que permiten una enorme mejoría y una calidad de vida mucho más digna que la que nos proporciona la medicina química. Una alimentación esmerada, descanso, terapias alternativas como la naturoterapia, el reiky, o el diafreo pueden devolvernos las energías, aliviar el dolor y ayudarnos a recuperar la ilusión de vivir, pero ¿cuantos enfermos pueden costearse estos dispendios?.
El paciente con pocos medios económicos, o el que tiene que levantarse a la 7 de la mañana cada día y soportar una jornada de 8 horas so pena de perder su trabajo y su jubilación, lo tiene sumamente difícil para superar esta carrera de obstáculos, el estado está tratando por todos los medios marginarnos e ignorarnos con unas políticas sanitarias y sociales que rozan la eugenesia activa.
Debemos exigir investigación para lograr la curación de estas enfermedades, asunción por parte de la SS de la medicación y los tratamientos que se demuestren eficaces, y el establecimiento de una normativa laboral y social que permita, o bien reducir la jornada sin perder poder adquisitivo, o acogerse a unas prestaciones sociales que nos permitan sobrevivir sin tener que depender de la familia o revolcarnos en la miseria, hemos de negarnos a continuar siendo cobayas en los que la farmafia experimenta sus venenos.
La lucha será larga y penosa, pero si no luchamos, hemos perdido la guerra, una guerra en la que nos jugamos la vida.

JUANMAROMO

domingo, 24 de octubre de 2010

EL BLOG CUMPLE TRES AÑOS


ESTE FUÉ MI PRIMER ARTÍCULO EN "LA COMUNIDAD", DESPUES LE SIGUIERON TRES MIL POSTS Y CINCUENTA MIL COMENTARIOS. A PESAR DE LOS PESARES SIGO AQUÍ CONTRA VIENTO Y MAREAS, A PESAR DE QUE ESTE YA NO SEA MI BUQUE INSIGNIA. ESPERO CUMPLIR MUCHOS MÁS JUNTO A TODOS VOSOTROS.



El gran problema de estas enfermedades "No diagnosticables por métodos
analíticos", es el desconocimiento y la desconfianza que generan entre el colectivo medico, yo conozco mujeres que han sido tratadas como delincuentes por estar de baja durante meses, citadas a las inspecciones, y dadas de alta "IPSO FACTO", con el agravante de tene rque ir a confirmar a inspección, durante seis meses, cada baja dada porel medico de cabecera...sencillamente monstruoso.



Una de ellas en cuestión, tenia un diagnostico realizado por un centro reumatologico de reconocido prestigio, en el que evaluaba la enfermedad en cinco puntossobre cinco, es decir la escala maxima ponderada, pues bien ni esto le sirvió, no les importa nada, que esa persona no pueda levantarse de la cama dos dias a la semana, que le sea imposible coger el metro, o andar por las calles saturadas de trafico, no es su problema, el problema es el de estas mujeres, para justificar un dia tras otro a la empresa sus retardos, su bajo rendimiento, sus ausencias inevitables, al final acostumbra a acabar con un despido pactado y su carrera profesional destruida y su autoestima por los suelos, luego claro, vienen las depresiones, los ataques de angustia la frustración, y la rabia contr aun sistema sanitario injusto ineficiente y prepotente que se mueve agolpes de presupuesto y para los que los pacientes son sospechosos y los medicos , simples funcionarios expendedores de recetas.


Con la sanidad está pasando algo parecido que con la educación, los ambulatorios se están convirtiendo en guetos, porque quien puede permitírselo recurre a la medicina privada, aun a costa de pagarse los medicamentos, muchos de ellos a precio prohibitivo. Si yo fuera medico de la ss, me sentiria muy frustrado como profesional y como ser humano,muchas veces cura mas, el afecto, la comprensión y el calor humano que los compuestos quimicos que te va a recetar, pero con un tiempo de cinco minutos por paciente asignado a los facultaivos de losCAP, me temo que lo unico que pueden hacer es extender recetas .... y que pase el siguiente

miércoles, 13 de octubre de 2010

MANIFIESTO PARA LEER EL DIA DE HOY DELANTE DEL INSS O EL ICAM

Hoy nos hemos reunido aquí para exigir el final de una marginación, para terminar con el expolio de nuestros derechos, contra una política eugenésica que nos está convirtiendo en los nuevos "intocables", una casta inferior que debe ser exterminada.
La nuevas técnicas del Holocausto no incluyen cámaras de gas ni deportaciones masivas. Las nuevas tácticas consisten en destruir nuestra auto estima, aislarnos y desprestigiarnos delante de la sociedad, hacernos sentir culpables de nuestro sufrimiento y obligarnos a permaneces invisibles en zulos virtuales hasta que nos vayamos extinguiendo, la consigna es crear un Gulag en cada casa y encerrar el enfermo de por vida.
Si intentamos traspasar estas puertas, nos encontraremos con medidas de seguridad extremas, arcos de metales, escáneres y guardias de seguridad. ¿Temen un ataque de Al Qaeda?  No, temen nuestra desesperación, nuestra rabia, son conscientes de la ola de odio que están desencadenando. Solo quien ha sufrido un interrogatorio en las "checas" que se esconden tras esos muros, sabe lo que es la tortura psicológica, solo quien ha sido insultado, despreciado y pisoteado por los sicarios de las batas blancas, sabe lo que era la inquisición y las SS.
Venimos a exigir el fin del apartheid, la igualdad de derechos con los otros enfermos, venimos a reivindicar nuestra condición de ciudadanos y contribuyentes, exigimos un trato humano, una evaluación justa y el fin de esta injusticia que está creando bolsas de pobreza extrema, que esta expulsando del mercado de trabajo a personas que podrían seguir siendo útiles con una política laboral adecuada, que está dejando en la indigencia a cientos de familias, mujeres con hijos que han tenido que dejar el trabajo sin encontrar ayuda alguna, y que no cuentan con medio alguno de subsistencia.
Los evaluadores que acechan en esas checas, son los nuevos verdugos, los sicarios de un sistema sanitario que quiere ignorarnos y exterminarnos, son los cómplices necesarios en esta operación limpieza que se está desplegando contra nosotros, médicos sin código deontológico, sin ética  que han vendido su profesión y su dignidad por un puñado de Euros.
Sabes, que estamos aquí, acechando, esperando y exigiendo, que cada día somos más y que llegará el día en que de nada os servirán vuestros guardaespaldas y vuestros matones, porque la cólera del pueblo caerá sobre vosotros.
Los derechos no se suplican, se conquistan, y nosotros  hemos agotado la paciencia, toda la paciencia.

JUANMAROMO