domingo, 3 de diciembre de 2017

LA BELLEZA Y LA PERFECCIÓN


Aquellos que pontifican que no existe poesía sin medida, ritmo y rima son los mismos  que solo aceptan la pintura figurativa, la música sinfónica o la escultura hiperrealista, aquellos que exigen que el teatro conste de tres actos y la narrativa de planteamiento, nudo y desenlace. Cada aurora, cada anochecer son irrepetibles, ninguno sigue unas reglas cromáticas, los pájaros del amancer cantan sin partitura, y la manos, esculpen el cuerpo deseado con los ojos cerrados. La belleza no está en el envoltorio, es el aroma  que respira el oyente, el brillo que ciega al espectador y eco que conmueve el alma del lector. La auténtica belleza no conquista la inteligencia del cerebro, conmueve la sensibilidad del corazón.

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